Se trata de un perro prácticamente sin pelo, con la piel oscura y arrugadita. Es este aspecto particular y negruzco que dio origen a su nombre, que deriva de “XOLOTL”, el antiguo dios mexicano del inframundo y del fuego.
El perro xoloitzcuintle era considerado un animal mágico y sagrado por los antiguos aztecas.
La verdad, no es fácil ver un Xolo fuera de México, ya que se trata de una raza muy poco extendida y por ello es bastante cara. Ahí donde lo veis, el perro Azteca es un testigo valioso de la historia mexicana, y por ello tiene un alto valor histórico y cultural en dicho país.
Aspecto del xoloitzcuintle – perro sin pelo mexicano:
Se trata de un perro compacto, de aspecto bastante sólido. Cola alargada y fina, que suelen llevar baja. Los ojos del perro xoloitzcuintle son oscuros y expresivos y tiene las orejas bastante grandes, erguidas y con forma triangular. Hay un perro azteca para cada life-stlyle (ya vivas en un apartamento en la ciudad o en el campo), porque puede encontrarse en distintas variedades. Existen 3 tamaños de xoloitzcuintle. El peso del xoloitzcuintle y sus medidas son:
xoloitzcuintle estándar pesa 11-18 kilos, y mide 51-76 cm.
xoloitzcuintle mediano pesa 7-14 kilos, y mide 38-51 cm.
xoloitzcuintle toy o miniatura pesa 2-7 kilos, y mide 23-26 cm.
Esto quiere decir que no es una raza homogénea en su tamaño, ya que los ejemplares variarán mucho en talla, pudiendo oscilar desde los 2 kilos de los ejemplares toy, hasta los 18 de un xolo estándar.
¿De qué color es un perro xoloitzcuintle ? El Xoloitzcuintle viene en varios colores, sólidos o moteados, pero todos ellos más bien oscuros: negro, marrón, gris y rojizo. Además de los ejemplares de perro calvo, que solo tienen un poquito de pelo en la cabeza y la cola, hay otros ejemplares con pelo fino por todo el cuerpo.
Los ejemplares de perro azteca con pelo no son tan espectaculares ni valorados, y a alguien inexperto le pueden parecer perros mestizos, pero ambos tipos son necesarios para mantener a esta raza sana. Por este motivo, los ejemplares con pelo no deben dejar de criarse y es deseable cruzar de vez en cuando ejemplares con pelo y sin pelo. Una curiosidad, es que muchos ejemplares de perro xoloitzcuintle con pelo muestran las orejas caídas, y no naturalmente erguidas como la variedad calvita.
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Los Xolos sin pelo tienen una temperatura corporal superior a los perros con pelo, ya que necesitan contrarrestar su mayor pérdida de calor (esto también sucede con las variedades de gatos sin pelo, como el Sphynx , que al tacto su piel se nota más calentita que un gato normal). La piel del xolo además tiene un gran poder auto-regenerador, y sus pequeñas heridas cutáneas cicatriza con una gran rapidez.
Perro xoloitzcuintle historia de un perro prehispánico:
Se trata de una raza muy antigua. Al contrario de razas como el Boxer, el pastor alemán o muchas otras, que existen desde hace cien o doscientos años, el perro xoloitzcuintle es una reliquia viviente.
Junto con el perro Chihuahua, es una de las razas más antiguas de América. De hecho, se calcula que esta raza puede tener más de 3.000 años de vida! (Por cierto, se cree que el xoloitzcuintle y el chihuahua son razas emparentadas).
Este perro estuvo al lado de los aztecas en muchos aspectos de su vida, tanto cotidiana como sagrada. Se encuentran estatuillas de terracota y representaciones pictóricas de perros prehispánicos de orejas erguidas en las paredes de los antiguos complejos de edificios sagrados y administrativos aztecas.
Por un lado, tal como apuntábamos e perro azteca se asociaba al dios XOLOTL, dios azteca de la muerte. Xolotl también era denominado el dios del Oeste, y Señor de la Estrella de la tarde (Venus).
Xolotl era un dios perro, es decir, se le representaba como un hombre con cabeza de perro. Era un dios protector en el inframundo, dios de los espíritus y de los gemelos.
Este dios, que comúnmente era representado como una especie de mounstruo oscuro, en realidad era benigno. Era hermano de Quetzalcoatl, y ayudó a este a traer el fuego y la sabiduría a la humanidad. Esta deidad además ayudaba a los difuntos en el tránsito hacia el más allá.
En su mitología antigua, el perro azteca acompañaba al dios Xolotl, y de hecho se dice que fue la propia deidad la que ofreció esta raza de perro como regalo sagrado a los hombres.
Los aztecas atribuían al perro xoloitzcuintle cualidades mágicas, como el poder de proteger o guiar a los difuntos al inframundo, puesto que se han encontrado sus huesos en enterramientos humanos, sugiriendo que el perro era parte importante en el rito funerario. De hecho, se cree que muchos de estos perros eran sepultados con ciertos honores.
Pero además, parece ser que fueron consumidos como alimento humano en ocasiones especiales, dado que existe evidencia de que unos perritos llamados “itzcuintlis” se vendían con ese fin. Dada la similitud entre la palabra “itzcuintlis” y “xoloitzcuintle” muchos historiadores creen que la raza en cuestión era esta.
El propio Hernán Cortes, en su llegada a América a principios del siglo dieciséis corrobora esta práctica, y contaba que se criaban perros para consumo y venta en los mercados mexicanos de aquella época. Lo que no sabemos con seguridad es si el consumo de la carne de estos perros era meramente ritual.
En los siglos que siguieron a la colonización de América, el perro azteca entró en declive, hasta tal punto que estuvo al borde de la extinción. Fue en los siglos diecinueve y veinte que algunos mexicanos amantes de esta raza le devolvieron vigor mediante la tenencia y cría de xolos.
Un ejemplo muy conocido fue la pintora mexicana Frida Khalo y su marido, Diego Rivera, que criaban Xolos en su casa de campo como mascotas. Esos perros fueron además inspiración para ellos dos, y existen autoretratos de Frida sentada con sus adorados negritos calvos.